Hoy 5 de Mayo es el día internacional de las matronas, y no hay mejor día, ya que ayer fue el día de la madre. Que ambas fiestas estén juntas en el calendario, sin duda alguna tiene algún significado…
Hoy me apetece hacer un homenaje a una comadrona muy especial; leyendo sus libros inicié un camino diferente al habitual, me hizo reflexionar y cuestionarme muchas cosas.
Soy consciente de que ahora estamos en un proceso de cambio en todo lo relacionado con la obstetricia y la atención a la mujer; numerosos profesionales están por el cambio y son muchas las mujeres que demandan una atención respetuosa en sus embarazos y partos. Sin duda creo que este cambio ya no hay quien lo pare.
Somos ya muchas las matronas inconformistas, las que cuestionamos las cosas, las protestonas, las que no nos sirve el "porque siempre se ha hecho así" y las que definitivamente queremos recuperar el lugar que históricamente tenemos: profesionales acompañando a mujeres en todas las etapas de su vida.
COMADRONAS = CON LAS MUJERES
¿Donde? dentro o fuera de los paritorios, en los domicilios, en las consultas de atención primaria, en consultas privadas, en grupos de apoyo, en planificación familiar, en los colegios, en medios de comunicación…
CONSUELO RUIZ VELEZ FRIAS
Nació en Madrid en 1914.
Con 30 años se adentró en el mundo de la obstetricia por curiosidad; de pequeña había visto parir a mujeres de su familia en casa sin dolor pero cuando ella misma fué a la maternidad a dar a luz sólo escuchó gritos de las parturientas. Nunca pudo saber en sus carnes qué se sentía al parir puesto que tuvo una cesárea.
Decidió hacerse comadrona para poder estudiar a conciencia el parto, tratando de descubrir por qué dolía casi siempre la última fase, la del expulsivo.
Comenzó a trabajar en la Beneficencia Municipal de Madrid como comadrona y asistiendo partos a domicilio. También asistió a numerosos cursos y congresos; precisamente fué en 1955 en un Congreso en París sobre la Psicoprofilaxis del Dolor en el Parto cuando descubrió por qué dolía realmente el parto.
El Metodo Lamaze afirmaba que las contracciones uterinas dolían debido a la existencia de un reflejo condicionado negativo que, además de dolor, provoca miedo y resistencia por parte de la mujer.
Consuelo intentó introducir este método en España para preparar a las embarazadas enseñándoles en qué consiste el embarazo y el parto, comparándolo con otras funciones fisiológicas que no duelen, pero fué imposible. Esta preparación fue rechazada, argumentando que el descubridor de los reflejos condicionados en el cerebro fue un fisiologo ruso a quién le fue concedido el premio Nobel en 1904; y los españoles no querían de los rusos en esa época ni el parto sin dolor.
Estabamos en plena Dictadura franquista y por aquel entonces una mujer no debía pensar, realizar trabajos importantes ni mucho menos implantar un método para dar poder a otras mujeres, para que fueran dueñas de su cuerpo y quitarle ese derecho a los ginecólogos (hombres por supuesto) y a la ciencia médica. También ese Método iba en contra de lo que decían las sagradas escrituras “Parirás con dolor”.
A consecuencia de esto a Consuelo la despidieron del hospital donde trabajaba y la vetaron en todas partes por revolucionaria. Ni sus compañeras comadronas, por miedo, ni las feministas de la época la apoyaron, ya que la maternidad no les interesaba demasiado.
Tuvo que exiliarse, pero aprovechó para aprender idiomas y seguir formándose, a parte de trabajar en diferentes ambitos.
Cuando finalizó la Dictadura, en plena Transición regresó a España y volvió a trabajar.
En 1976, en la nueva Maternidad Provincial de Madrid, dotada de todos los adelantos modernos, se celebró un "Cursillo de actualización obstétrica para matronas", al cual asistió. Allí el doctor Caballero Gordo presentó el "Parto Dirigido, en sustitución del parto normal". No podía creer lo que estaba escuchando, intentó hacer razonar a profesores y alumnas de que lo que se intentaba era un disparate puesto que tan antiguas como el parto, son la respiración, la digestión y la circulación de la sangre y a nadie, en su sano juicio, se le ocurre "dirigirlas", cuando funcionan normalmente..
De lo que la ciencia médica se debe ocupar es de reconducirlas a la normalidad, si ésta está alterada.
Después de aquello y hasta el final de sus días no quiso volver a trabajar en hospitales ya que no estaba dispuesta a dirigir un parto con oxitocina ; así pues continuó asistiendo partos domiciliarios sin prisas, respetando los tiempos y la fisiología del proceso; y haciendo preparación psicológica a embarazadas de forma privada, aunque muchas veces sin cobrar.
A finales de los 80, el pequeño grupo de comadronas y profesionales autónomas que iniciaban la recuperación del parto domiciliario, y la mejora de las condiciones de asistencia al nacimiento, crearon la Asociación española Nacer en Casa. Contactaron con Consuelo y la hicieron su presidenta de honor, y su maestra.
Consuelo por esa época ya no podía asistir partos pues había sufrido un ICTUS y presentaba una hemiplejia pero continuaba preparando psicologicamente, asistía a la dilatación y para el expulsivo avisaba a alguna matrona / ginecólogo.
A los 84 años publicó su "Cartilla para aprender a dar a Luz", más tarde el libro “Parir sin Miedo”, a los 90, aún asistía partos en domicilio, con dignidad y respeto, en libertad, sin miedo, sin presión, sin peligros y sin dolor!
Falleció a los 91 años en Madrid a finales del 2005